El gato hidráulico para muchos es el objeto que no puede faltar en su coche, una herramienta fabricada para facilitar la elevación del automóvil sin emplear mucha fuerza o ninguna en realidad. Gracias a su pequeño tamaño es ideal para mantenerla en la cajuela, y al momento de cambiar una rueda es ideal para reducir las horas que le dedicarás a esa labor.
Se pueden encontrar de distintos tamaños y capacidad, es muy importante tener eso en cuenta al instante de adquirir una herramienta como esta, siempre buscando que se adecue a sus necesidades, es por ello que al seleccionar uno; conviene tener muy claro qué tipo de gato hidráulico quiere.
Tipos y función
Al momento de adquirir esta herramienta debes saber diferenciar los tipos, y las facilidades con la que resolvería el problema. Muchas personas prefieren gatos hidráulicos en lugar de los manuales, porque sería mucho más fácil al momento de manipularlo, algunos de los tipos son:
1.- Mecánicos: son usados mayormente para cargas pequeñas y trabajos no tan engorrosos como cambiar un neumático. La mayor ventaja es el pequeño tamaño, lo fácil que puede ser transportarlo de un lugar a otro y el económico precio del mismo, una de las desventajas es el lento proceso de ascenso y lo limitada que es la capacidad de carga.
2.- Hidráulicos: empleados en trabajos más pesados, este tipo de elevadores, son ideales si quieres una máxima facilidad y velocidad de ascensión. En sus ventajas cuenta con una gran potencia y velocidad al instante de realizar el trabajo, la desventaja es que al ser de mayor tamaño que el mecánico, debe contar con un gran trabajo de mantenimiento.
3.- Neumático: muy parecido al hidráulico, pero en vez de usar líquido como fuente para la elevación, usa aire comprimido, en promedio puede izar objetos de hasta una tonelada, unos 50 cm, muy eficaz si se cuenta con una fuente de aire comprimido externo, porque facilitaría mucho el trabajo y reduciría al mínimo el contacto manual, uno de sus contras es que por su gasto de energía emite mucho calor.