El sector industrial es uno de los más importantes del mundo, ya que es responsable de proveer a la sociedad todos los elementos que emplea diariamente, desde cualquier objeto material hasta los necesarios para su salud y bienestar como lo son los alimentos. Los productos que ingerimos deben ofrecer máxima seguridad de higiene, lo cual es posible precisar gracias a las normas ISO 9001/22000.
Las normas ISO 9001 (International Organization for Standardization) tienen como objetivo fijar un modelo de trabajo que conlleve a las metas planteadas en cada organización de forma exitosa. Esto es factible debido a los sistemas de gestión de calidad donde se ven involucrados el control, indicadores, seguimiento e investigación para la mejora continua de un proceso productivo determinado.
Para alcanzar lo antes expuesto la ISO 9001 establece que es imprescindible contar con un equipo de trabajo donde se manifieste el liderazgo y compromiso; además, se disponga de todos los instrumentos y materiales de apoyo para las tareas asignadas, que los trabajadores estén satisfechos por remuneraciones y reconocimientos, se logre una comunicación efectiva entre los miembros participantes y se ejecute una previa planificación de riesgos.
Los aspectos mencionados aplican para los distintos departamentos o gerencias que posea la empresa. Esto se debe a que todos de forma engranada contribuyen al correcto cumpliendo de los objetivos. De allí, que de haber alguna dificultad en una de las secciones del organigrama se podría tener incidencias en otras, en corto, medio o largo plazo.
Ahora bien, la ISO 22000 se enfoca detalladamente en el sector alimenticio. Esta norma contempla los requisitos de seguridad para que el producto en cuestión salga sin inconveniente al mercado. Evidentemente, por estar en juego la salud de las personas, hay mayor número de restricciones en cuanto a inocuidad se trata, siendo los factores más influyentes: el ambiente, la manipulación y maquinaria.
Cuando una empresa está certificada bajo estas normas el cliente puede tener mayor confianza sobre lo que está adquiriendo, ya que esto es sinónimo de que la organización se preocupa por cumplir y superar las expectativas de sus consumidores, por lo tanto, gana reputación y sirve como patrón de referencia.